lunes, 18 de octubre de 2010

TEMA IX: La crisis del Antiguo Régimen

TEMA IX: La crisis del Antiguo Régimen
1. Introducción:
Las disputas internas del reinado de Carlos IV, el motín de Aranjuez, la invasión
francesa y el alzamiento de mayo de 1808 inician el largo proceso de la crisis del
Antiguo Régimen. En esta situación tan crítica, las posturas políticas se radicalizan, y
ello, conduce al enfrentamiento entre liberales y absolutistas. El que este enfrentamiento
dure el reinado de Fernando VII y parte de la Regencia de Mª cristina ( de 1808 a 1839)
demuestra la debilidad de las fuerzas sociales que defendían el liberalismo y la fortaleza
de los privilegiados del Antiguo Régimen. De hecho, el triunfo del liberalismo y la
implantación de la sociedad burguesa, dependerán del ejército, liberal en buena medida
por las especiales circunstancias de la guerra de la Independencia.
2. La crisis política en el reinado de Carlos IV
a) El reinado de Carlos IV: 1788-1808.
En 1788 accede al trono Carlos IV, y mantiene a Floridablanca y la política reformista
de su padre, Carlos III, pretendiendo continuar con las reformas del Despotismo
Ilustrado.
Dichas reformas habían sido más teóricas que prácticas, pues los intereses de los
estamentos privilegiados siempre marcaron el límite a las reformas. Por ello, cuando en
1789 se produce la revolución francesa, que pone en marcha las reformas que llevarán al
régimen liberal, es decir, las ideas de la ilustración hasta sus últimas consecuencias,
Floridablanca quedó desconcertado:
- Cierra fronteras.
- Paraliza las reformas.
- Prohíbe hablar de los hechos: prensa, cartas, libros...
A pesar de todo, fracasa Floridablanca en evitar la difusión de ideas y fue incapaz de
establecer relaciones con la Francia revolucionaria: en febrero de 1792 es destituido.
El Conde de Aranda le sustituye: intenta establecer relaciones con Francia. La
detención de Luis XVI y la proclamación de la República en Francia provocan su
destitución.
Le sustituyó Godoy, en buena medida por su relación con la reina. Pero Luis XVI es
guillotinado (época del Terror en Francia) y España (y otras potencias) entra en guerra
con Francia. Ante el poco éxito militar de la gran coalición antifrancesa, (las tropas
francesas llegan hasta Miranda y Gerona), Godoy decide recuperar la alianza con
Francia, tradicional en el siglo XVIII y muy importante para contrarrestar la influencia
británica en América: en 1795 firmó el Tratado de Basilea1 . Posteriormente, España se
liga a los intereses de Francia por el Tratado de San Ildefonso contra Inglaterra: Godoy
se proclama "Príncipe de la Paz".
b/ La crisis de gobierno de 1808 y la intervención de Napoleón.
Godoy era odiado por:
* La nobleza: por su origen plebeyo.
* La Iglesia: por sus tímidos intentos de desamortización.
* Los ilustrados: desplazados del poder por él.
1 En este acuerdo preliminar, el gobierno español proponía el reconocimiento de la República francesa a cambio de mantener los
límites territoriales españoles, ya que Francia quería anexionarse Guipúzcoa, ocupada por sus tropas. Además, España pretendía
también el restablecimiento del culto católico en Francia, la liberación de los hijos de Luis XVI, así como el establecimiento de una
alianza contra Inglaterra (España estaba resentida con su hasta entonces aliado debido a ciertos encontronazos en el mar Caribe).

* Sobre todo por el príncipe Fernando (Fernando VII) que ve en el un peligro
para llegar al trono.
Esto conduce a una campaña de difamación entre el pueblo. Pero, tanto Godoy como el
príncipe Fernando habían tratado de ganarse la amistad de Napoleón, enfrascado en ese
momento en el Bloqueo Continental a Inglaterra. Para estrangular el comercio británico
necesitaba neutralizar a Portugal y así fue cómo España entró en los planes de Napoleón
como plataforma desde la que atacar a dicho país.
Por el Tratado de Fontainebleau de 1807, firmado entre Godoy y Napoleón, España
permitía el paso de las tropas francesas hacia Portugal. Pero tras la derrota portuguesa
las tropas siguen entrando en la península, y ante el peligro de que ocupen Madrid,
Godoy se lleva a los reyes hacia el Sur. Primera etapa: Aranjuez.
El Motín de Aranjuez (17 de marzo de 1808) fue una revuelta palaciega que perseguía la
destitución de Godoy y que Carlos abdicase a favor de su hijo. Carlos IV tras verse
obligado a abdicar en su hijo, recurre a Napoleón, y Fernando VII también le pide
protección. Napoleón les cita en Bayona donde se producen las “abdicaciones de
Bayona”: Carlos IV abdica a favor de Napoleón y Fernando VII devuelve el trono a su
padre. Napoleón nombra rey de España a José I Bonaparte.
El hermano de Napoleón, que venía de ser rey de Nápoles, ofreció a los españoles un
programa reformista, dotándola de una nueva ley fundamental: la Constitución de
Bayona de 1808. Fue la primera constitución española (en realidad era una carta
otorgada), aunque no tuvo vigencia por la guerra. Era una constitución autoritaria, no era
liberal, pero suponía un gran avance sobre el Antiguo Régimen:
* No establecía la separación de poderes.
* El estado era confesional.
* Establece unas Cortes con elección indirecta (se vota a los electores), carácter
estamental (se elegían representantes por estamentos, por lo tanto, votos por
estamentos).
* Declaración de derechos.
* Reformas liberales.
Frente a José I y la Constitución de Bayona, los españoles se dividen en dos bandos:
- Afrancesados: apoyan a José I.
- Patriotas: están en contra de José I.
3. La guerra de la Independencia: 1808-1813.
Napoleón se encuentra con algo que no contaba, bajo la apariencia de crisis de la
monarquía y de las instituciones del Antiguo Régimen, se escondían fuerzas que se
negaron a aceptar la nueva situación:
- Las masas populares se niegan a aceptar la situación, fieles a la monarquía y a
la tradición. En este aspecto el papel de la Iglesia será fundamental, ya que se
siente amenazada por las reformas que pudieran llevar a cabo los franceses, a
imitación de las puestas en práctica en Francia.
- Grupos liberales: que ven en la lucha contra el invasor la oportunidad de llevar
adelante un proyecto de Estado Liberal.
El 2 de Mayo, ante las noticias del "secuestro" de los reyes, el pueblo de Madrid se alza
de forma espontánea y, a pesar de la represión de Murat, el alzamiento se extiende por
el país:

- Surgen por todo el país Juntas de defensa y armamento, que aunque
defendiendo el trono de Fernando VII, al asumir la soberanía, se convierten en órganos
revolucionarios.
- Las autoridades tradicionales permanecen impasibles, aunque a veces se ven
forzadas a dirigir el alzamiento.
En agosto de 1808, la victoria española en Bailén, crea las condiciones para que las
Juntas Provinciales formen una Junta Suprema Central, a cuyo frente se encontraban
antiguos ilustrados como Floridablanca y Jovellanos, que en nombre de la soberanía
nacional convoca Cortes para organizar el país hasta la vuelta de Fernando VII.
Estas circunstancias provocan la reacción francesa: llega Napoleón con nuevas tropas
(hasta 1813): el ejército español ante la inferioridad militar manifiesta, no ofrece
resistencia, lo que provoca:
- Dominio francés del territorio (excepto Cádiz).
- Guerra de guerrillas, una forma peculiar de organización armada, que se
organizaba en partidas, que con el conocimiento del terreno y el apoyo de la población
civil, permitió mantener a raya al ejército regular francés.
En esta situación, más el acoso de las tropas británicas de Wellington, el final de la
guerra llegó en 1813: bastó la retirada de algunas tropas para el frente ruso, para que
José I tuviese que abandonar Madrid.
4. La revolución: la obra de las Cortes de Cádiz: 1810-1813.
• La formación del poder revolucionario.
Las juntas de defensa ejercen el gobierno en las zonas que no aceptaban la soberanía
francesa: la guerra de la Independencia se convirtió en una guerra revolucionaria. Junta
Suprema Central: formada por 30 miembros representantes de las Juntas Provinciales.
Es sustituida en 1810 por un Consejo de Regencia de 5 miembros que puso
impedimentos a la convocatoria de Cortes hecha por la Junta Suprema Central.
• Las Cortes de Cádiz: primeros decretos: las cortes duran de 1810-1813.
La guerra dificultó la convocatoria y la elección de diputados de las provincias
ocupadas, lo que llevó a elegir suplentes entre los residentes en Cádiz, tanto para los
diputados de la península como para los americanos. Finalmente unos 300 diputados se
reúnen en la ciudad sitiada.
El primer triunfo de los liberales fue conseguir que se formase una sola cámara, que el
voto se estableciese por individuo, no por estamento.
Su labor tendió a acabar con el Antiguo Régimen, mediante decretos:
* Abolición de la Inquisición.
* Supresión de los señoríos jurisdiccionales.
* Incautación de bienes de traidores, Inquisición, Ordenes Militares y conventos
suprimidos.
* Libertad de empresa: fin de los gremios. Libertad de contratación en el campo.
• La constitución de Cádiz: 1812.
Además de estos decretos, aprobaron la primera constitución española, que era liberal y
que establecía una monarquía parlamentaria. En ella destacan los siguientes aspectos:
i/ El Estado es garante de los derechos de los ciudadanos: no era patrimonio de
nadie:

- Libertad civil.
ii/ División de poderes:
- Legislativo: Cortes con el rey.
- Ejecutivo: el rey.
- Judicial: los tribunales.
iii/ Sufragio universal indirecto: Juntas Electorales:
- de parroquia: 1 elector por cada 200 vecinos.
- de partido: al menos un elector por partido: eligen a los diputados provinciales:
1 por cada 70000 habitantes. El sufragio pasivo censitario.
iv/ Soberanía Nacional.
v/ Igualdad ante la ley.
vi/ Administración local: se organiza de manera uniforme: ayuntamientos y
diputaciones.
Vigencia: 1812-1814
1820-1823
1836-1837 como consecuencia de la "rebelión de los sargentos de La Granja".
5. El reinado de Fernando VII. 1814-1833.
La crisis de Antiguo Régimen iniciada con las disputas en el reinado de Carlos IV, el
motín de Aranjuez y el levantamiento del 2 de mayo de 1808, conduce a un
enfrentamiento entre absolutismo y liberalismo, en el que las posturas políticas se
radicalizan. El hecho de que la pugna dure todo el reinado de Fernando VII da cuenta de
la fuerza de los privilegiados del Antiguo Régimen y la debilidad de las fuerzas
liberales. Pero al final de esta etapa es evidente que el AR está acabado y que las clases
dominantes estructurarán de otra manera el Estado.
a) La restauración del absolutismo: 1814-1820.
En 1813, la derrota de Napoleón se acerca y este negocia con Fernando VII: se firma el
tratado de Valençay por el que se restituye en el trono a Fernando VII y este se
compromete a rehabilitar a los afrancesados.
Por fin, en marzo de 1814, Fernando llegaba a España. La regencia y las Cortes
ordinarias tenían la intención de hacer jurar inmediatamente al rey la Constitución por
miedo a que este quisiese volver al absolutismo.
Sin embargo, el rey en su viaje de regreso a España siguiendo un itinerario distinto al
marcado por las cortes, ve signos de división política en las fuerzas políticas del interior.
El general Elio se pronuncia cerca de Valencia ante el rey por la vuelta al absolutismo.
En la misma ciudad un grupo de diputados (cien) le entrega un escrito, el Manifiesto de
los Persas, solicitando la restauración del poder absoluto y la derogación de la
legislación liberal. Si a esto añadimos el ambiente de verdadero fervor popular que
acompañaba el recorrido del rey y que la situación en Europa con la derrota de Napoleón
era favorable a la vuelta al absolutismo, no es extraño que el rey decida proclamar el
decreto de 4 de mayo en Valencia por el que anulaba la Constitución y toda la
legislación de Cádiz. En Madrid fueron detenidos o asesinados los principales dirigentes
liberales. En los siguientes días se restauró toda la legislación anterior a 1808, se
restableció el régimen señorial y la Inquisición. Era un verdadero golpe de Estado
absolutista en el que convergen de nuevo los grandes poderes tradicionales: monarquía,
nobleza e Iglesia.
Los liberales han de pasar a la clandestinidad y recurren a los golpes insurreccionales
(pronunciamientos) apoyándose en los sectores liberales del ejército surgidos de la

guerra contra Napoleón, como forma de intentar poner fin al absolutismo. Hasta 1820 la
mayor parte de ellos pagará con la vida el intento (Lacy, Porlier, Vidal…).
En general, el gobierno de aquellos seis años fue totalmente inoperante, no sólo por
los continuos cambios de ministros y las acciones de los liberales que intentaban ponerle
fin, sino sobre todo por la imposibilidad de llevar adelante este sistema político. La
situación del país era caótica: destrucciones en la infraestructura productiva y
eliminación de la flota; desastre demográfico; la situación de la hacienda era
catastrófica, los problemas tradicionales se habían agravado con la guerra y estos no
tenían solución si no se cambiaban las estructuras impositivas del Antiguo Régimen; las
colonias americanas estaban en rebeldía, provocando una parálisis del comercio. O se
implantaban las reformas propugnadas por el liberalismo (abolición del régimen
señorial, reforma de los impuestos, libertad de empresa), o era imposible mejorar la
situación económica. Y a estas reformas se oponían aquellos que habían dado su apoyo
al golpe absolutista de mayo de 1814.
Aislado, arruinado e impotente, con un ejército desorganizado y mal pagado, el
régimen absolutista no resistirá el levantamiento generalizado de 1820.
b) El trienio liberal. 1820-1823.
El 1 de enero de 1820, Riego proclamó la Constitución de Cádiz en Cabezas de San
Juan y restablece las autoridades municipales constitucionales. Recorre varias
localidades andaluzas sin encontrar adhesiones y con deserciones, pero algunas ciudades
se suman al pronunciamiento. El ejército encargado de combatir a Riego proclama la
Constitución de Cádiz y Fernando VII se ve obligado a jurar la Constitución:
“marchemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional”.
Este hecho tendrá una fuerte repercusión fuera de España: en Portugal, Piamonte y
Nápoles sobre todo.
En España:
i) Se crea una Junta Provisional de Gobierno reconocida por juntas similares
formadas por todo el país que convoca elecciones y se abren las Cortes el mes de
junio. A la vez se decretaba una amnistía que permitió la vuelta de los liberales y
de antiguos afrancesados.
ii) Se decreta la libertad de reunión y asociación que son el origen de la formación
de las Sociedades Patrióticas. Con la libertad de expresión aparecen 700
periódicos.
iii) Se crea una Milicia Nacional: cuerpo armado de ciudadanos voluntarios.
Entre 1820 y 1823 se intentó por primera vez llevar a la práctica toda la tarea y el
espíritu de Cádiz: abolición de los señoríos jurisdiccionales; supresión de la Inquisición;
reorganización territorial y administrativa; unificación de códigos y leyes; libertad de
comercio, industria y propiedad; control de los privilegios eclesiásticos; reforma de las
órdenes monásticas y reducción del diezmo.
Toda esta tarea no fue fácil. La nobleza, la iglesia y los privilegiados se resistieron y
boicotearon todo intento de reforma, y sobre todo el rey que empleando el derecho de
veto que le otorgaba la Constitución, frenaba la promulgación de las leyes.

Ante las dificultades, los liberales se escindieron muy pronto dando origen a los
embriones de los primeros partidos políticos:
a) Moderados o doceañistas: (Argüelles, Martínez de la Rosa, Toreno).Partidarios de
reformas muy limitadas. Tienen voluntad de colaborar con el rey y pretenden una
solución transaccional con el Antiguo Régimen. Acusan a sus adversarios de
republicanismo y alteración social.
b) Exaltados: son los que han hecho la revolución, la oficialidad joven, la Milicia
Nacional. Y sectores populares urbanos. Acceden al poder en 1822 por las
conspiraciones realistas, aceleraron las reformas, coherentes con un programa de
desarrollo del capitalismo que beneficiaría a los campesinos ricos y a la burguesía
propietaria. Además suponían que en el futuro se crearían las condiciones de una
ampliación del mercado de trabajo para los campesinos que fuesen desplazados a la
ciudad por efecto de la reforma agraria. Pero estas reformas no conectaron con las
viejas aspiraciones campesinas de acceder a la propiedad de la tierra. Cuando los
exaltados anulan el diezmo, ello implicó el aumento de los impuestos en metálico
para una comunidad que vivía en la autosuficiencia y para la que era más fácil dar
una parte de la cosecha que conseguir dinero en metálico. De esta forma los
campesinos se acabarán enfrentando al liberalismo.
Ahora bien, ni el golpe de la guardia real (7 de julio de 1822) ni las partidas realistas
de la llamada Regencia de Urgel (precedente del carlismo) consiguieron poner fin al
régimen. En estas condiciones Fernando VII pidió a la Santa Alianza que interviniese en
España para reinstaurar el absolutismo. La tarea fue encomendada a Francia por el
Congreso de Verona y en abril de 1823 casi cien mil soldados mandados por el duque de
Angulema ( los Cien mil Hijos de San Luis) invadieron el territorio español donde se les
unieron algunas partidas realistas.
c) L a vuelta al absolutismo: la década “ominosa”.1823-1833.
Los primeros años de la represión absolutista estuvieron marcados, igual que en 1814,
por la destrucción de toda la obra del trienio liberal y por una persecución de los
liberales tanto o más cruel que la de entonces: depuraciones, supresión de periódicos y
sociedades patrióticas, purga de librerías y bibliotecas y la universidad cerrada dos años.
La única preocupación substancial del gobierno de Fernando VII fue no agravar el
déficit de la hacienda pública, cuya situación era más angustiosa que nunca, al incidir el
déficit clásico con la pérdida de las colonias americanas, una fuente importante de
ingresos.
Frente al absolutismo intransigente y el liberalismo insiste en la fórmula del
despotismo ilustrado. Rodeado de una pequeña camarilla de realistas moderados, el rey
acaba aceptando algunas de las peticiones de reformas económicas que propugnaban la
burguesía financiera e industrial de Madrid y Barcelona. En 1825 acepta la concesión de
un arancel proteccionista para las manufacturas catalanas y en 1827 nombró a
Ballesteros como ministro de hacienda, el cual, sin ser liberal, tenía buenas relaciones y
contactos con los industriales. Fernando VII se ve forzado por la horrorosa situación
económica a utilizar personas y contactos que permitiesen apoyos financieros a su trono.
Pero desde 1823 los apostólicos (ultrarealistas), partidarios del absolutismo a ultranza,
se oponen también al rey. Estaban descontentos porque no se ha reinstaurado la
Inquisición (se había creado la policía), porque no se combatía lo suficiente a los
liberales y reclaman la vuelta a las antiguas tradiciones forales. Han encontrado un líder
en la persona del hermano del rey, Carlos María Isidro, sucesor a la corona al no existir
descendencia de los matrimonios de Fernando VII. Ante el pequeño giro de la política

real en 1827 (nombramiento de Ballesteros) los grupos conservadores se levantaron
contra el rey (guerra dels Malcontens) llegando a tener 30.000 hombres en armas y a
ocupar varias localidades. Insatisfechos de un poder que creían que no defendía
suficientemente la antigua sociedad obligaron a Fernando VII a desplazarse a Cataluña
para sofocar la rebelión.
El 1830 se produce otra oleada revolucionaria en Europa dando lugar a intentos de
restablecer el liberalismo en España, dando lugar a una fuerte represión: fusilamiento de
Torrijos, Mariana Pineda. Así, al final de la década el absolutismo de Fernando se
encontraba amenazado por los liberales y por los ultraconservadores.